domingo, 31 de mayo de 2009

Pobre; pero honrado ¡jamas!



Bajo este punto de vista ser pobre es no tener dinero, no tener recursos materiales o padecer para optenerlos. Vivir con carencias o como se dice "a las justas". Como es natural pensar, toda visión de desarrollo implica contar con la solvencia necesaria para emprender nuestros proyectos, la pobreza por el contrario sume al pobre en un estado de inseguridad con respecto a su sustento, sus proyectos son inmediatos. Comer, beber, abrigarse y tener un lugar donde estar. Deberle a medio mundo, comprar fiado, usar lo que otros ya han desechado, etc.

En estas condiciones la honradez es dificil de construir, y cuando ya se ha empezado a erigir está siempre tambaleante, a punto de venirse a bajo por el influjo de las circunstancias, que en ocasiones la vuelven más precarea que un casillo de naipes expuesto al viento.

Sacarse un premio grande, jugoso, parece ser la solución. Claro, siempre y cuando no te ocurre lo que a Martín Circo Martín en la película argentino-española Concursante. Soltero, profesor de ciencias económicas en una universidad, enamorado de Laura, ganador del precio más grande de la televisión, ve cómo su vida empieza a irse a pique después de cobrar su premio.

Existe sin embargo otro tipo de pobreza, en la cual uno deja de ser honrado; pero consigo mismo. No importa ya si eres pobre, solvente o rico. ¿Qué pensaría de este tipo de pobreza Jaen Racine?

No hay comentarios:

Publicar un comentario